La acción cívico-militar del 4 de febrero de 1992, liderada por el presidente Hugo Chávez, marcó el inicio de las transformaciones hacia un nuevo modelo de sociedad en el país, afirmaron hoy participantes en el movimiento.
Para el general Wilmer Barrientos, jefe del Comando Estratégico Operacional, en aquellos momentos la moral de la tropa estaba muy baja y se analizaba por doquier la situación del país.
Los mayores generales Celso Canelones y Carlos Alcalá coincidieron en la relevancia de los acontecimientos de 21 años atrás, al representar una reacción a las políticas neoliberales aplicadas por la administración de la época.
Las acciones del 4 de febrero de 1992 se concentraron en los estados Carabobo, Miranda, Zulia, Aragua y el Distrito Federal, con la participación de unos 300 oficiales y dos mil soldados.
El objetivo del movimiento apuntaba a la toma del poder y el derrocamiento del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Las operaciones en la capital abarcaron la Residencia Presidencial La Casona, el Palacio de Miraflores, el Fuerte Tiuna, las Comandancias Generales del Ejército, la Armada y de la Policía Metropolitana.
Además, el Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional, la sede de Venezolana de Televisión en los Ruices y la Base Aérea Francisco de Miranda.
Pérez logró escapar de los participantes de la acción y ello determinó su rendición, en un escenario donde el líder del movimiento, el entonces teniente coronel Hugo Chávez, dijo que "lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital".
Las palabras del actual presidente de la República marcaron la transformación de la derrota militar en una histórica victoria política de corto y largo plazos.
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